EL TABERNÁCULO
1.-Entender que Dios quiere tener un lugar de encuentro con sus hijos
2.-Saber que el tabernáculo y el templo erigido por los israelitas es fue el lugar de encuentro con Dios en la antigüedad.
3.-Saber que ese lugar de encuentro, hoy, es nuestro corazón.
Texto para aprender: No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios mora en vosotros (1ª Corintios 3:16)
Dios se había manifestado a Abraham, Isaac, Jacob de forma muy personal y éstos habían trasmitido a su familia ese contacto con Dios y los valores y promesas que les había dado.
Cuando el pueblo se multiplicó en tierra de Egipto Dios los sacó de forma prodigiosa haciendo que ellos fueran llevados al desierto. ¿Cuál era el propósito de Dios al ponerles en un lugar árido, sin agua, caluroso, seco, en fin no muy agradable. No era castigarles, pero si era permitirles estar en un lugar donde solamente pudieran depender de Dios, por lo que ahora sí tendrían los oídos muy abiertos a su enseñanza.
Y así, allí les dio mandamientos, ordenanzas, les ayudó en las muchas dificultades que atravesaron: les proporcionó agua cuando la necesitaban, comida diaria, ropa que no se rompía…. Y poco a poco les fue mostrando el camino que debían recorrer en la vida, a través del cumplimiento de las ordenanzas que les mandó.
Hasta entonces Dios se había manifestado a través de la zarza que no se consumía, a través de columna de fuego y de humo, a través de los truenos y nubes que tapaban el monte Horeb etc. y el pueblo cuando veía
estas manifestaciones de Dios, veía a Dios.
Pero Dios sabía que cuando cesaran las manifestaciones el pueblo se olvidaría de Él, así que mandó construir un lugar de encuentro, un lugar de reunión, un TABERNÁCULO en forma de tienda parecida a donde vivían los israelitas en el desierto. Dios mismo estaría en ese tabernáculo y allí podía ir el pueblo y, a través de los sacerdotes y a través de los sacrificios, acercarse a Él, solicitar el perdón de sus pecados y hacer ofrendas de adoración y alabanza.
Y según el preciso y exacto mandato de Dios se construyó el tabernáculo. El mismo tenía un ATRIO o lugar donde podía entrar el pueblo y donde los sacerdotes sacrificaban animales, y el Tabernáculo propiamente dicho o TIENDA de reunión con dos habitaciones: el LUGAR SANTO y el LUGAR SANTÍSIMO Y allí y a través de muchas normas, los sacerdotes y el pueblo se acercaban a Dios. Pero pasado el tiempo los hombres acabaron creyendo que bastaba con cumplir las normas para acercarse a Dios. Pero Dios quería un contacto más íntimo con el hombre.
Fue a través de Jesús quien hizo el sacrificio perfecto, mediante el que podemos acercarnos directamente a Dios, sin necesidad de normas ni de sacerdotes. ¡Todos somos ahora sacerdotes, gloria a Dios!
Hemos de acercarnos a Dios con nuestro corazón y nuestra mente, con espíritu sencillo, sabiendo que El escucha, que es fiel y que desea esa comunicación con nosotros. El Espíritu de Dios ya no mora en Tiendas, sino que vive en de todo aquel que ha aceptado a Jesús como Señor y Salvador.
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